Labranza convencional
Soportan mejor una mala rotación de cultivos que los sistemas sin arado, aunque una buena rotación aporta importantes ventajas incluso cuando se utiliza el arado.
Existe un gran número de sistemas de labranza más o menos bien definidos para la preparación del suelo y el establecimiento de los cultivos. Un enfoque común es agrupar estos sistemas en función de si implican o no la labranza, lo que da lugar a dos grupos principales, labranza con arado y labranza sin arado. Un tercer grupo principal generalmente reconocido es el de la siembra directa, en el que la sembradora es el único apero de labranza utilizado.