Labranza convencional

En suelos ligeros, el arado deja una superficie que sólo requiere un poco de nivelación y reconsolidación para producir una buena cama de siembra. Si se utiliza una sembradora de labranza como la Rapid o la Spirit el resto del laboreo puede limitarse a una o dos pasadas o incluso omitirse por completo.

Sin embargo, en los suelos arcillosos, el arado deja una superficie que requiere más trabajo antes de ser adecuado para la siembra. En el pasado, se utilizaban cultivators, rollers y niveladores hasta crear una cama de siembra. Hoy en día, los equipos de discos, como el Carrier, se utilizan ampliamente en combinación con los cultivadores para reducir el número de pasadas. Las sembradoras como la Rapid o la Spirit también le exigen menos al la cama de siembra en comparación con las sembradoras convencionales.   

En suelos ligeros, el arado deja una superficie que sólo requiere un poco de nivelación y reconsolidación para producir una buena cama de siembra. Si se utiliza una sembradora de labranza como la Rapid o Spirit, el resto del laboreo puede limitarse a una o dos pasadas o incluso omitirse por completo. 

Sin embargo, en los suelos arcillosos, el arado deja una superficie que requiere más trabajo antes de ser adecuado para la siembra. En el pasado, se utilizaban cultivadores, rodillos y niveladores hasta crear una cama de siembra. Hoy en día, los equipos de discos, como el Carrier, se utilizan ampliamente en combinación con los cultivadores para reducir el número de pasadas. Las sembradoras como la Rapid o la Spirit también le exigen menos al la cama de siembra en comparación con las sembradoras convencionales.   

En las zonas de cultivo frías en las que el suelo se congela en invierno, la necesidad de preparar la cama de siembra en primavera se reduce drásticamente en los suelos arcillosos y es comparable a la de las arcillas ligeras.

Los sistemas de arado son menos adecuados en condiciones de sequía, ya que el suelo pierde una cantidad relativamente grande de humedad durante el intenso laboreo, lo que puede dar lugar a una mala nascencia si no llueve después de la siembra.      

Las lluvias intensas después de la siembra también pueden causar problemas, ya que la superficie sin paja puede formar una fuerte costra en ciertos tipos de suelo. Además, las fuertes lluvias y el viento pueden provocar un alto riesgo de erosión en algunas partes.

El cultivo intensivo asociado al arado también reduce el número de lombrices.

Con la excepción de las regiones en las que la formación de costras, la sequía y la erosión son factores críticos, la principal fuerza que impulsa la reducción del uso del arado es la económica. Aunque el arado en sí mismo no es el equipo más caro, su escasa capacidad hace que los costes por hectárea sean elevados. Además, el elevado tiempo requerido por hectárea plantea un problema en los grandes campos en los que el tiempo disponible es limitado, sobre todo en otoño.